La noche del sábado al domingo hemos procedido, como ya es habitual en estas fechas, al cambio de hora.
Esta «costumbre» que se realiza en varios países desde hace bastante tiempo, no se aplicó como normativa general hasta la crisis petrolera de 1974. Por ejemplo, en España, hasta 1981 no se establece como norma las fechas y momento del día en que se deben modificar los relojes: últimos domingos de marzo y septiembre de 2:00h a 3:00h y de 3:00h a 2:00h respectivamente. Esta normativa se modificó más adelante, en 1996, sólo para cambiar los meses: octubre y abril en vez de septiembre y marzo respectivamente. La normativa en las modificaciones del horario se ha visto modificada varias veces en la historia por decisiones políticas. Más allá de las razones o intereses que había detrás de cada modificación. Debemos analizar lo que significa para el ciudadano estos cambios:
Para empezar entre octubre y abril ganamos una hora de luz por la mañana cuando vamos a trabajar, pero la perdemos por la tarde, cuando regresamos a casa. Por tanto quien realmente ahorra con el cambio de hora son las empresas y las industrias que no necesitarán iluminación por la mañana cuando reciben a los trabajadores. Por la tarde, cuando las industrias y empresas terminan su jornada, l@s trabajador@s regresan a sus casas y, al tener una hora menos de luz, incrementan su consumo eléctrico. Es decir, esta norma está pensada para que las industrias y empresas ahorren energía, mientras que las personas incrementan su consumo eléctrico en el ámbito doméstico.
A ésto debemos añadir los cambios en nuestros ciclos vitales como el sueño, que está regulado por la luz solar a través del ciclo circadiano. Por lo que el cambio de hora puede provocar insomnio y dificultades para conciliar el sueño en personas sensibles.
http://www.lavanguardia.com/vida/20131026/54392422019/cambio-de-hora-affectara-ninos-ancianos.html
Los animales tambien sufren cambios en su bioritmo, con la modificación horaria. Está claro, por ejemplo, que la producción lechera se ve alterada al variar 60 minutos el momento de ordeño de las vacas.
Creo que sobran razones para coordinarnos y luchar para conseguir eliminar esta normativa que, a mi juicio, provoca más problemas que soluciones. Tal vez a través de las redes sociales, entre varios países de la U.E. podríamos solicitar a Bruselas la anulación del cambio de hora para que todas estas molestias al ciudadano queden definitivamente en el pasado.
Ardillanegra 